domingo, 13 de octubre de 2013

Los aspectos psicológicos y pedagógicos que deben tenerse en cuenta en la formación de los adultos

El aprendizaje en la educación adulta es posible y además resulta indispensable en estos momentos donde el contexto en el que vivimos es constantemente cambiante, el aprendizaje es “una actividad indispensable pues constituye el camino para alcanzar mayores cuotas de enriquecimiento y perfeccionamiento personal” (SARRATE CAPDEVILLA, 2009:38). Es necesario actualmente adquirir conocimiento sobre las innovaciones tecnológicas de información y comunicación, que ha llevado también a nuevas formas de aprendizajes virtuales, utilizados para la educación adulta. 

Dentro de los aspectos pedagógicos presentes en la educación de adultos podemos nombrar lo siguiente, el concepto mismo de educación (SARRATE CAPDEVILLA, 2009:29) se considera como aquella que se da para todos a lo largo de toda la vida, no está restringido a ninguna etapa en particular, sino que responde a las demandas actuales cambiantes, esto implica nuevas transformaciones en cuanto al tiempo (no solo a una educación de escolaridad básica, sino mas bien a una que está repartida durante todo el proceso vital), objetivos (aquí se considera el adquirir competencias, nuevas estrategias de aprendizaje, convivencia y a sacar lo mejor de nosotros mismos) y espacio educativo (ya no solamente se da en escuelas sino mas bien en todos los lugares que pertenecen al individuo). Por otro lado, los propósitos de la educación se ven redefinidos con nuevas perspectivas que plantean el aseguramiento de realización personal, empleabilidad, integración social y ciudadanía activa (SARRATE CAPDEVILLA, 2009:30), donde es necesario diseñar nuevos mensajes: nuevas cualificaciones, inversión en recursos humanos, innovación educativa, valoración del aprendizaje, redefinición de asesoramiento y orientación, y por último, encontrar el aprendizaje en el hogar. Visto de esta manera, es necesario el desarrollo de competencias específicas referidas a la actuación autónoma, a la interacción de grupos heterogéneos y a la adquisición de instrumentos socioculturales. Dentro de esto, es preciso ver desde la psicopedagogía del adulto que es necesario la realización de estrategias metacognitivas de refuerzo, recuperación y almacenamiento a largo plazo para poder adquirir las competencias  (DEL VALLE, 2012:14).

Dentro de los aspectos psicológicos, podemos mencionar los referidos a la adultez, donde se rescata la presencia de autonomía económica, estabilidad emocional, integración social y la madurez y el buen juicio en libertad de decisión y actuación. Por ello conviene hablar de un desarrollo continuado del ciclo vital, que se da a lo largo de toda la vida, que tiene una multidireccionalidad y multidimensionalidad inter e intra individuales, donde el desarrollo es doble entre pérdidas y ganancias y donde está presente la plasticidad que se refiere a la adaptabilidad intra individual (IZQUIERDO, 2005:607-608). Todo esto da lugar a los principales rasgos de la persona adulta: “capacidad de autodirección, alto nivel de responsabilidad basada en una ética propia, desempeño conjunto y simultáneo de distintos roles y agente activo con una proyección-incidencia social elevada” (SARRATE CAPDEVILLA, 2009:33). Estos rasgos presentes en la educación, se muestran en el proceso del aprendizaje por medio de la experiencia, motivación e innovación, que en el caso de los adultos, resultan decisivos, ya que la experiencia es la fuente primera de conocimientos, son los saberes previos en los que se basa la adquisición de aprendizajes significativos, esto permite la consolidación del conocimiento. Por otro lado, la motivación es esencial y clave para alcanzar uno de los logros de la educación, como es satisfacer necesidades y expectativas en pro de conseguir los objetivos que se plantea el desarrollo personal constante del individuo, ya que “lo importante es el compromiso personal y la regularidad en el cumplimiento de la tarea” (DEL VALLE, 2012:12). Esta motivación se da de manera extrínseca (inserción social, actualización profesional, desarrollo laboral, nuevas formas de resolución de problemas) e intrínseca (satisfacción personal, mejor adaptabilidad, seguridad, confianza) y está por encima de posibles obstáculos, tales como la distancia del centro educativo, experiencia escolar previa llevada de mala manera, problemas con horarios, exceso de carga laboral, falta de apoyo familiar, de amistades y de pareja, sentimientos de inseguridad, etc. Es innegable también que existe “cierto declive funcional a partir de la segunda mitad de la vida” (DEL VALLE, 2012:9) que hace que los adultos reciban y estructuren de manera diferente la información.




Para conseguir una educación en adultos exitosa es necesario tomar en cuenta: el potenciamiento de la motivación inicial; la atención en la experiencia previa, ahí es donde se encuentran los saberes previos y las destrezas adquiridas; el centrarse en la proyección práctica de lo adquirido; y hacerlos partícipe de la planificación y organización de su aprendizaje. Asimismo es clave tomar en cuenta (DEL VALLE, 2012:15-22) el subsistema cognitivo (operativo, figurativo y operatorio) junto con el afectivo y el aprendizaje formal y complejo (uso de razonamiento abstracto, de la memoria a largo plazo y carga cognitiva). El aprendizaje efectivo se da sobre todo cuando existen mayores experiencias significativas que traen consigo una menor carga cognitiva ya que ya tenemos varias cosas asimiladas que pueden ser adaptadas. En este sentido, es necesario una secuenciación gradual de contenidos, facilitación de ejemplos y preguntas y respuestas, recordatorios de conceptos claves, organizadores avanzados y soporte visual. Para el diseño instruccional de las clases, es necesario secuenciarlo en 4 aspectos: tareas de aprendizaje, información de soporte, información de procedimientos y ejercicios de partes de la tarea (DEL VALLE, 2012:22).

Por todo ello es que decimos que “la persona adulta está capacitada para, a lo largo de su existencia, llevar a cabo con éxito procesos de aprendizaje, a fin de enriquecer su propia individualidad y para mejorar su entorno” (SARRATE CAPDEVILLA, 2009:38). 


Tomado de:
http://cmapspublic2.ihmc.us/rid=1H960W2ZX-BVVD5F-SD4/APRENDIZAJE%20ADULTO.cmap

Bibliografía:

SARRATE CAPDEVILLA, Maria Luisa (2009). "Rasgos Singulares del aprendizaje adulto" En: Educación de personas Adultas en las Fuerzas Armadas. CATÁLOGO GENERAL DE PUBLICACIONES OFICIALES. España: Ministerio de Defensa. Pp.27-40.  
IZQUIERDO, Ángel (2005). Psicología del desarrollo de la edad adulta. Revista Complutense de Educación. Vol. 16, Núm. 2, 601-619. 
DEL VALLE, Roxana (2012) Aprendizaje adulto. Diplomatura de especialización en Docencia para la Formación y la Capacitación. Lima: Facultad de Educación PUCP. 

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