jueves, 26 de septiembre de 2013

Aprendizaje adulto ¿qué necesitamos?

Es bastante común pensar que los adultos tiene un aprendizaje limitado. La mayoría de gente piensa que la etapa "privilegiada" para el aprendizaje es la infancia. Nada más falso. Tanto Sarrate (2010), Izquierdo (2005) y Del Valle (2012) nos dicen claramente que el adulto está preparado para aprender. El problema radica en la persona que enseña, es decir, el formador de adultos, y los métodos que usa. Tal como hemos leído en textos anteriores, no existe, al menos en nuestro país, formadores de adultos per se, es decir, no existe un curso formal de pedagogía para adultos. En este sentido, se cree que el adulto aprende igual que los niños, dejando de lado sus particularidades.


Entonces ¿cómo aprende el adulto? En primer lugar, rescato lo que menciona Sarrate con respecto a la experiencia. No podemos dejar de lado la experiencia del adulto bajo ninguna circunstancia, ya que ella será la base de su aprendizaje. A comparación de los niños y adolescentes, la experiencia del adulto no sólo implica situaciones educativas anteriores, sino laborales y familiares. Si no se toman en cuenta, los contenidos nuevos caerán en saco roto. Dentro de esta experiencia, también se encuentras las "competencias clave" que menciona el mismo autor en Rasgos singulares del aprendizaje adulto. Todos tenemos una manera de concebir la vida y el mundo, y dentro de ella se encuentras estás competencias, siendo los tres grupos principales: 1) competencias que permiten dominar los instrumentos socioculturales necesarios para interactuar; 2) competencias que permiten interactuar en grupos heterogéneos; y 3) competencias que permiten actuar autónomamente. En este sentido, el aprendizaje cobra un papel de resignificación [Del Valle (2012)], donde lo vivido se conecta con lo nuevo para lograr un cambio. Es decir que el aprendizaje adulto, como cualquier aprendizaje, implica un posible cambio en la manera de pensar y así, en el estilo de vida, pero sobre todo, implica una conección entre lo vivido y los nuevo aprendido.



Los aspectos a ser considerados para el aprendizaje adulto deberán ser, por un lado, pedagógicos y didácticos, y por otro psicológicos. Ya he mencionado anteriormente el tema de la experiencia. Esta va unida a aspectos que implican un aprendizaje complejo. Esto quiere decir que, dentro de los parámetros formales, el aprendizaje adulto es complejo por hacer uso del razonamiento abstracto y actualizar, tanto como utilizar, información almacenada en la memoria de largo plazo (Del Valle, 2012). Esto deberá ir acompañado de una conexión directa con su experiencia, que resulte en un aprendizaje significativo. Tal como menciona el texto, a mayor conexión con experiencias menor cargar cognitiva, es decir, mayor facilidad de asimilación del contenido. Esta disminución de la carga cognitiva se logra a través de estrategias instruccionales tales como: secuenciación gradual de los contenidos para que sean unos el soporte de los siguientes, la facilitación de ejemplos, de preguntas y respuestas, la facilitación de recordatorios de contenidos o conceptos claves, la facilitación de organizadores avanzados como títulos y subtítulos significativos, y el soporte multimedia de gráficos, enlaces, imágenes y/o videos.



Dentro del ámbito psicológico, es de suma importancia tener en cuenta la realidad de los adultos a ser formados. Los adultos que aprenden no sólo usan su tiempo en la labor educativa, sino que también trabajan, tienen una familia, responsabilidades varias, etc., y sobretodo, pasan por un determinado estado emocional. No es lo mismo la vida a los 30 que la vida a los 50. En este sentido, será vital que el educador tome en cuenta estas características para adaptar el programa al grupo y a sus necesidades. En esta adaptación no sólo entra el respeto a su realidad sino también el material pedagógico y ejemplos a ser usados en clase, adaptados a dicha realidad (véase los ejemplos de Del Valle con respecto a las tareas y demás). Asimismo, me parece importante mencionar el tema de la motivación. Tal como dice el texto de Izquierdo (2005), la motivación puede ser intrínseca o extrínseca. La motivación extrínseca está en manos del educador de adultos, pero la intrínseca en manos del aprendiz. Sin una correcta y sólida motivación intrínseca, el aprendiz no podrá llevar a cabo un aprendizaje autónomo, uno de los fines más importantes.



Con todo esto, el aprendizaje adulto representa un espacio aparte de la educación básica formal. Podría decir que cada grupo a ser formado representa un mundo en lo que motivación y materiales se refiere. Aquí también entra a tallar la formación de profesionales dedicados a la educación de adultos, tema mencionado por mi compañera Micaela y discutido en un foro anterior. Lamentablemente, como ya se ha mencionado, no hay escuela de aprendizaje adulto. Sin embargo, si hay una serie de materiales de consulta que bien podríamos usar para dar un inicio a tan noble labor.


SARRATE, Maria Luisa 
(2009)       "Rasgos singulares del aprendizaje adulto". En: Educación de personas adultas en las fuerzas       
                armadas. Catálogo general de publicaciones oficiales. España: Ministerio de Defensa.

IZQUIERDO, Ángel 
(2005)      "Psicología del desarrollo de la edad adulta." En: Revista Complutense de Educación. Vol. 16 N° 2,                   Madrid: Universidad Complutense de Madrid, pp. 601-619.

DEL VALLE, Roxana 
(2012)     "Aprendizaje adulto". Diplomatura de Especialización en Docencia para la Formación y Capacitación.                  Lima: Facultad de Educación PUCP.



miércoles, 25 de septiembre de 2013

¿Cómo aprende el adulto y cómo enseñarle?

La educación de adultos es cada vez más reconocida como de suma importancia, ya que, por un lado, el aprendizaje es inherente a la condición humana y la enriquece, la ayuda a avanzar hacia su autorrealización; y, por otro lado, la sociedad de hoy exige la adquisición y perfeccionamiento continuo de habilidades, conocimientos y actitudes, para poder seguir siendo competitivos (Sarrate, 2009). Es por esto que hoy en día muchos países están implementando políticas educativas que apuntan a lograr una educación para toda la vida, como factor esencial para lograr el desarrollo equitativo de los países.

Es importante reconocer que el potencial de desarrollo humano se extiende a lo largo de toda la vida (Sarrate, 2009), por lo que deben existir oportunidades de aprendizaje durante todo el ciclo vital. Se sabe ya, contrariamente a lo que se creía hace algunos años, que los adultos son capaces de llevar a cabo aprendizajes, siempre sujetos a las características y potencialidades de la etapa vital y de cada persona (Sarrate, 2009; Del Valle, 2012; Izquierdo, 2005). Se ha demostrado científicamente que muchas de las capacidades cognitivas permanecen relativamente estables con el envejecimiento, como la inteligencia y algunos tipo de memoria (Izquierdo, 2005). Por lo tanto, no existen fronteras para el aprendizaje, sólo cambian las características, potencialidades y dificultades a los que se enfrenta el aprendiz para lograr un aprendizaje efectivo (Izquierdo, 2005).

Es así que no podemos simplemente alargar la educación básica hacia la edad adulta, ya que la educación debe adaptarse a la población a la que se dirige, por lo que es preciso investigar, diseñar e implementar planes educativos acordes a las necesidades específicas de los adultos. En este sentido, es de suma importancia identificar las características de los adultos y su aprendizaje.

Según Sarrate (2009), la característica más importante de la adultez es la conquista de la autonomía, que se manifiesta en los ámbitos económico, social y psicológico. De esta manera, se pueden indicar como principales rasgos de la persona adulta “la capacidad de autodirección; alto nivel de responsabilidad en base a una ética propia; desempeño conjunto y simultáneo de distintos roles y agente activo con una proyección-incidencia social elevada” (Sarrate, 2009, p. 33). Cabe resaltar que como en cualquier etapa del ciclo vital, si bien hay características comunes, también hay diferencias importantes a nivel de personas y de grupos específicos que deben ser tomadas en cuenta.

Existen ciertos elementos característicos de los adultos que inciden en su aprendizaje y, por lo tanto, es imperativo tomar en cuenta. Una de las principales características de los adultos es la experiencia. La experiencia es una de las potencialidades de los adultos, ya que han acumulado una gran cantidad a lo largo de sus vidas, lo que constituye una fuente de riqueza para el aprendizaje (Sarrate, 2009). Izquierdo (2005) menciona que según las teorías del desarrollo, la sabiduría es una de las características de la adultez. Para el autor, una persona sabia no sólo es aquella que ha acumulado mucha información sino “cuando tiene un mayor conocimiento de los hechos al dirimir situaciones conflictivas, cuando domina mejores estrategias ante las consecuencias de una toma de decisiones, cuando considera todos los aspectos del entorno estableciendo prioridades o cuando reconoce las inseguridades de la vida para poder salvarlas” (Izquierdo, 2005, p. 613).

Considero que este es un elemento fundamental a considerar en la planificación y ejecución de planes educativos para adultos, ya que implica reconocer la riqueza acumulada y aprovecharla en pro del aprendizaje. Asimismo, al relacionar la acción educativa con la propia experiencia, el aprendizaje se hace más significativo. Esto implica que el educador conozca de cerca la realidad de sus alumnos antes de empezar un curso o clase, para que así pueda incluir en sus planificaciones la discusión y análisis de sus propias experiencias.

La motivación por aprender, por su parte, es otro de los elementos a tomar en cuenta en el aprendizaje de los adultos. En los adultos, la motivación proviene principalmente de la satisfacción de sus necesidades y expectativas, el interés por aprender se haya usualmente sujeto a objetivos concretos. Es por esto que creo que es importante que la acción educativa esté orientada a satisfacer las necesidades de los alumnos y no sólo al cumplimiento de objetivos temáticos. Por ejemplo, si un grupo de alumnos quiere estudiar un curso técnico para conseguir trabajo, es importante que el curso se oriente a ese objetivo, que les den herramientas prácticas y los asesoren en cómo conseguir trabajo. Desde mi punto de vista, sólo así se podrá mantener a los adultos motivados, cumpliendo sus expectativas y necesidades, además de involucrándolos en todo el proceso de aprendizaje y utilizando metodologías prácticas y participativas.

Otro rasgo del aprendizaje adulto es la innovación, que está relacionada a la resistencia al cambio común en muchos adultos. La acción educativa debe poner especial atención a esto para así poder generar cambios significativos. Además, es importante tener en cuenta el ritmo y estilo de aprendizaje personal, ya que estableces diferencias importantes (Sarrate, 2009).

Otro aspecto a considerar al planificar e implementar acciones educativas para adultos es el enfoque práctico que se le debe dar. Por mi experiencia educativa con adultos he constatado que es importante que se usen metodologías prácticas que logren que el adulto sienta la utilidad para su vida diaria del contenido o habilidad que está siendo enseñada. Además, Izquierdo (2005), plantea que las investigaciones sobre envejecimiento han demostrado que la inteligencia práctica es uno de los tipos de inteligencia que menos se deteriora en el tiempo. Esto sustenta teóricamente que en el aprendizaje de adultos debe haber una orientación bastante práctica, por lo que se pueden usar estrategias como el estudio de casos o el aprendizaje basado en problemas. Del Valle (2012) propone una secuencia de instrucción basada también en un enfoque práctico, en el que las tareas de aprendizaje se proveen sustentadas en casos reales, se brindan recursos de soporte para dominar la tarea y luego se da información de secuencias y pasos para el logro eficaz de acciones y se realizan ejercicios prácticos.

Considero que un muy buen ejemplo en nuestro país del trabajo en educación de adultos es el que hace  el Centro de Servicios para la Capacitación Laboral y el Desarrollo (CAPLAB). Los invito a ver el siguiente video para luego reflexionar sobre él:



Como se puede ver en el video, esta institución trabaja varios de los elementos importantes en la educación de adultos. En primer lugar, me parece importante que promueven la equidad en un país con tantas diferencias como el nuestro, dándole oportunidades de formación a las personas que no las han tenido. En segundo lugar, creo que el vínculo directo que hacen con la inserción laboral es importante. Como mencioné líneas arriba, muchas veces los adultos están motivados a formarse por la utilidad que le pueden encontrar a la formación, en este caso la inserción laboral. En tercer lugar, la metodología práctica que emplean propicia la vinculación de la teoría con la realidad de los estudiantes, así como potencializa las habilidades prácticas y la experiencia acumulada de los adultos.

Otro punto que me parece fundamental es la importancia que le dan a la formación de formadores. Como ya hemos visto anteriormente, es imprescindible que se trabaje con los formadores, y creo que en este caso se le da la importancia debida. Podemos ver en el video que los docentes cuentan cómo los capacitaron y les brindaron estrategias y metodologías nuevas que mejoraron su labor docente.

Este es un buen ejemplo también de cómo trabajando en alianza con entidades de cooperación internacional para recaudar fondos, con el sector público para incidir en políticas públicas, y con instituciones educativas que ya existen, fortaleciendo sus capacidades, se puede lograr un trabajo conjunto muy productivo y beneficioso para el país.


Referencias bibliográficas:

Del Valle, Roxana (2012). Aprendizaje adulto. Diplomatura de Especialización en Docencia para la Formación y Capacitación. Lima: Facultad de Educación PUCP.

Izquierdo, Ángel (2005). Psicología del desarrollo de la edad adulta. Revista Complutense de Educación. Vol. 16 N° 2, pp. 601-619. Madrid: Universidad Complutense de Madrid.

Sarrate Capdevila, Maria Luisa (2009). Rasgos singulares del aprendizaje adulto. En: Educación de personas adultas en las fuerzas armadas. Catálogo general de publicaciones oficiales. España: Ministerio de Defensa.



lunes, 23 de septiembre de 2013

Estimados participantes del curso Didáctica para procesos educativos no escolares, les doy la bienvenida al blog : ¿ Cómo aprende el adulto y cómo enseñarle ? Es una invitación a reflexionar sobre su propio aprendizaje como adultos pero a la vez complementar con la información de las lecturas proporcionadas y otros muchos recursos que seguramente ustedes tienen. Se espera que en un primer momento todos coloquen un primer post en respuesta a la pregunta o título del blog y posteriormente, debe generarse la interacción entre todos, comentando sus aportes (post). Pueden utilizar otros recursos además del texto como audio, videos, links ,etc. Los invito entonces a iniciar la participación desde el día de hoy. Adelante!!!